(Aportación de Pablo)
Hace
ya algún tiempo me dirigía hacia Andalucía para pasar unos días con
unos amigos, quería aprovechar un puente y opte por salir directamente
cuando hubiese terminado de trabajar, como suele pasar en estos días
siempre hay algo ineludible que te hace quedarte mas de lo que tenias
pensado y termina trastornando tus planes.
El
caso es que aquel día finalmente termine saliendo tarde y me metí en el
coche para hacerme mas de 700 Km. por carretera, obviamente en cuanto
se puso el sol mi estado de consciencia empezó a jugarme malas pasadas
por lo que decidí hacer un alto en el camino, dormir, y continuar al día
siguiente temprano.
Empecé
a buscar un sitio donde alojarme y como tenia que cargar el coche de
gasolina seguí la indicación de un letrero que me mando por una
carretera secundaria que me desviaba un poco de la autopista, finalmente
llegue a la entrada de un pequeño pueblecito donde encontré un complejo
con gasolinera y hostal, no tenia mala pinta aunque era algo ruidoso
por la carretera y tenia justo al lado un pequeño club de carretera.
Tras
instalarme en la habitación y prepararme para dormir unas horas
cotillee un poco por la ventana, la ventana daba a uno de los lados del
pequeño edificio del club, pero todas las ventanas estaban cerradas, lo
mas que se veía era un pequeño hueco de pared de una de las habitaciones
donde no pasaba nada, así que desistí de mirar y me tumbe en la cama
para dormir.
Al
cabo de unas horas me desperté para ir al baño y aproveche para cerrar
la ventana que ya mas que refrescar enfriaba la habitación, de nuevo
cotillee por la ventana para ver si se veía algo, pero todo seguía
igual, al cabo de unos 10 minutos, mientras me fumaba un cigarro una luz
se encendió en la fachada del club, la persiana estaba a medio echar,
pero el ángulo que tenia desde mi habitación me permitía ver lo justo de
la habitación de enfrente si ocurriese algo en ella, solo una cortina
medio transparente se interponía entre lo que allí ocurriese y yo. Como
si de un cazador al acecho de su presa se tratase la adrenalina recorrió
mi cuerpo mientras me acomodaba y esperaba a ver que conseguía ver de
todo aquello.
Tras
un buen rato esperando y algo cansado de no ver nada de repente
¡bingo¡, apareció ante mi un hombre medio trajeado (lo de medio lo digo
por lo que le quedaba de ropa) moviéndose por la habitación, al rato una
chica rubia, alta y hasta donde yo podía ver bastante guapa ataviada
únicamente con un tanga y unos zapatos, jugueteaba con el, le tumbo en
la cama y le quito los pantalones, la chica se puso encima suyo, sus
tetas le colgaban hacia abajo y el intentaba morderlas mientras ella le
rozaba la polla con su coño, al rato la chica se levantó y le quito los
pantalones dejando al hombre tumbado encima de la cama con la polla mas
tiesa que un mástil, ella siguió frotándole y empezó a meneársela con la
mano comiéndosela de vez en cuando.
El
hombre la puso a cuatro patas y la engancho del pelo mientras se la
follaba. Al poco cambiaron de postura y ella se coloco encima suyo
moviendo la cadera de una manera increíble, el le apretaba las tetas
como si jamás hubiese tocado unas, cuando la chica se levanto el hombre ya la tenia flácida, por lo que ella empezó a
restregársela por la cara, la chica puso al tío a cuatro patas y comenzó
a lamerle el ojete y a restregarle las tetas por la espalda pero como
aquello no daba para mas, tras meneársela un poco mas le paso una
toallita y se vistieron.
Yo
mire el reloj, pensando que entre unas cosas y otras aquella noche no
estaba durmiendo nada, pero que mas daba, estaba súper cachondo, así que
me despelote totalmente y me tumbe en la cama con el rollo de papel en
una mano y mi polla en la otra para pelármela hasta morir, y cuando me
corrí y se me desempalmo seguí jugueteando con ella pensando en lo que
había visto, hasta que mi polla se despertó de nuevo y me la volví a
pelar otra vez, mi único pensamiento era ahora aquella chica rubia con
aquel cuerpazo, sus tetas botando, y sus movimientos de cadera.
Y hasta que mi polla no estuvo más magullada y roja que un chorizo criollo no me quede dormido.
Al
día siguiente con mas sueño que un perro me la volví a pelar y continué
camino, con el único pensamiento de aquella rubia y de lo que me podía
esperar en mis pequeñas vacaciones que tan bien habían empezado.
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