Albergue de peregrinos



(aportacion de M.Luz)

Mi vivencia sucedió este verano pasado haciendo el camino de Santiago, yo y unas amigas decidimos vivir una experiencia caminando desde ronces valles a Santiago caminando.

Éramos un grupito de 3 amigas con lo que no era raro conocer a chicos con los que pasar algún rato del camino y hacer amistad. Al principio del camino y acostumbrada mas a lo que suelen ser unas vacaciones solía ser pudorosa y desconfiada pero poco a poco me vi contagiada del espíritu despreocupado de los peregrinos en lo que a ciertos aspectos se refiere, al principio buscaba huecos donde no me viese nadie a la hora de cambiarme o iba al baño solo en los bares o albergues, pero con el transcurso de las etapas no me importaba cambiarme de pantalones o camiseta en una habitación comunitaria donde puede haber fácilmente unas veinte personas, con el simple parapeto  de una litera o alguna de mis amigas haciendo de pantalla me valía para poder hacerlo.

Los baños eran en muchas ocasiones la prueba final que te hacía perder toda la vergüenza, recuerdo uno de uso mixto donde las duchas te cubrían únicamente con una puerta traslucida sobre la que la mayoría de la gente colocaba la toalla para poder así tener un poco mas de intimidad, y digo la mayoría por que a otros tantos peregrinos no parecía importarles demasiado que se les pudiera imaginar a través de ella.

Otra de las situaciones pintorescas se daba también a la hora de hacer la colada, siempre estabas rodeada de gente con la que terminabas hablando mientras lavabas la ropa mas intima que luego terminabas colgando el la propia litera para que se secara y la viera así  todo el mundo que te rodeaba, -- así que si alguno esta pensando en hacer el Camino de Santiago os recomiendo que os llevéis ropa interior bonita.--

Nosotras solíamos coincidir con unos chicos de Santander en muchos tramos del camino, lo que hizo que entabláramos bastante amistad con ellos ya que coincidíamos habitualmente, muchas veces los veía en gallumbos por el albergue camino a las duchas sin mucha preocupación.

Un día, por pura casualidad y cuando ya se había echo el silencio en los dormitorios salí a fuera a llamar por teléfono a mis padres, o eso es lo que iba a hacer cuando yendo por el pasillo pase por delante de los baños de chicos del albergue y vi reflejado en el espejo a Pablo, uno de ellos, preparándose para la ducha, mi curiosidad hizo que me quedara mirando mientras disimulaba en el pasillo con el teléfono como si estuviera hablando por el por si me veía alguien allí parada.

Los baños de aquel sitio no tenían puertas, únicamente tenian unos muros en zigzag que estratégicamente colocados no dejaban ver nada al paso del resto de la gente. Pero dado que a esas horas no solía haber mucho trasiego, la situación fue bastante mas despreocupada y el se relajo bastante en lo que a esto se refiere, Pablo se dispuso a meterse en la ducha, se quito los gallumbos y los dejo allí colgados junto a la toalla, por lo que vi no tenia mala talla en lo que a su herramienta se refiere, pero al meterse tras los muros le perdí de vista, aquello no ocurría todos los días, así que como no había nadie en aquellos momentos por allí me dispuse a meterme decidida en el primer recoveco del baño que hacia de entrada desde el pasillo, y desde donde a través del espejo se podían ver reflejados los bancos donde se cambiaban, y justo detrás las duchas.

 Estaba súper nerviosa pero las ocasiones en las que se dejaba entre ver por la parte que no cubría el murete de la ducha hacían que valiera la pena.

Se metió bajo el agua y mientras se enjabonaba  pude ver como su pene engrandecía quedando bastante morcillon, se retiro la piel dando un par de sacudidas y prosiguió con el resto de su cuerpo, entonces, escuche un portazo, mi corazón se puso a mil y salí escopetada de allí.

Ni siquiera llame a mis padres, con la adrenalina aun en mi, me fui disimulando al dormitorio y me metí en mi litera, pero no pude dormirme, así que metidita en mi saco y rodeada de gente que espero estuviera dormida me metí la mano entre los muslos y los apreté contra ella mientras me estimulaba los labios con los dedos hasta que me corrí.

Después de esto poco pudor mas me quedaba por perder, la prueba de fuego estaba superada, por suerte nadie pareció darse cuenta, asi que todo quedo en casa.

¿Otro camino de  Santiago?¿para cuando? Que yo me apunto

bss

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